

Esperaría que llegaras, dejando la puerta entre abierta como si fueses mi amante en cita clandestina. Atrévete, pasa el umbral y cierra suavemente para que tu aroma no se escape, con el aire que recibe tu cuerpo. Abrázame y quédate dormido, oyendo los latidos de mi corazón hasta que despertemos juntos al amanecer.